Kunene, también conocida como Kaokoland, es una de las 14 regiones de Namíbia y hogar del grupo étnico HimbaEsta es una región árida que lleva su nombre por el río que sirve ahora de frontera entre Namibia y Angola. Es la zona menos desarrollada de Namibia y una de las más salvajes del Sur de África.
Los Himba solamente llevan viviendo en este emplazamiento desde hace 200 años. Después de perder en numerosas batallas a lo largo de los siglos XVIII y XIX, no fue hasta finales de este cuando empezaron a tener cierto éxito. Reunieron un grupo de vacas y cabras y emigraron a la zona donde hoy en día están instalados.
Se trata de las pocas tribus africanas que aún hoy mantienen su cultura como antiguamente. Con una población estimada de cerca de 50.000 personas, viven básicamente de la ganadería. De hecho, para el hombre Himba, sus vacas son la cosa más importante en su vida. Son símbolo de estatus y de identidad.

Barraca Himba. Foto: France Leclerc
Las mujeres Himba dedican su tiempo al cuidado de la familia y de la tribu. Viven en chozas de paja con forma redonda afianzadas gracias a los excrementos de sus propias vacas. Con sus pieles se visten, y con su mantequilla se pintan la piel.
Cada mañana la mujer Himba realiza una serie de rituales para arreglarse curiosísimos. Dentro de sus barracas guardan numerosos botes de barro con diferentes ungüentos. En uno de ellos, guardan la mezcla de mantequilla de vaca y el polvo resultante de machacar unas piedras rojizas (hematita terrosa). Con esto es con lo que cada mañana se untan el cuerpo. No sólo les da ese color rojizo típico de las pieles Himba, sino que les sirve para protegerlos del sol y de los mosquitos. También untan con esta mezcla sus cabellos dándoles las diferentes formas. El peinado de la mujer himba depende de su estatus dentro de la tribu.
Además de la mantequilla rojiza guardan en forma de crema perfumes que ellos mismos fabrican. Es la manera de neutralizar los olores corporales. Cabe destacar que los Himba nunca se bañan con agua, con lo cual la limpieza personal se reduce sólo a eso.

Okuruwo Himba. Foto: France Leclerc
La dimensión religiosa de los Himba no se hace visible en el culto a Dios, sino en elhomenaje a los antepasados, a través del Fuego Sagrado en el lugar de los sacrificios (okuruwo). El ganado Himba sirve al culto de los antepasados a través de este del Fuego Sagrado, y viceversa, el Fuego Sagrado garantiza su salud y fecundidad. Los antepasados son responsables de la vida de los descendientes y para ello han de cuidar del bienestar del ganado.
Pero de entre las tradiciones espirituales Himba, la más característica consiste en que son una de las pocas tribus que toman la fecha de nacimiento del niño, no desde el momento del día en que nacieron ni concebidos, pero si el día en que la madre decidió tener el niño.
Cuando una mujer Himba decide tener un hijo, ella se va y se sienta bajo un árbol y simplemente escucha, hasta que pueda sentir el canto que quiera venir. Una vez que ha escuchado la canción, ella vuelve al hombre que será el padre, y le enseña. Posteriormente, durante la época en la que el niño es concebido, cantan la melodía del niño, como una manera de invitar al niño a que venga a este mundo.
Cuando ella se queda embarazada, la madre también enseña la canción del hijo a las parteras y las ancianas de la aldea, de modo que cuando el niño nace, las personas a su alrededor cantan el canto del niño para darle la bienvenida.
Cuando el niño crece, se le enseña la melodía del niño a los demás aldeanos. Así, si el niño se cae o se hace daño, alguien lo recoge y le canta su canción. O tal vez el niño hace algo maravilloso, o pasa a través de los ritos de la pubertad, después, como una manera de honrar a esta persona, la gente del pueblo canta su canción.

Mujeres Himba cantando. Foto: France Leclerc
Si el niño comete una falta o algo que está en contra de las normas sociales Himba, los lugareños lo llaman en el centro del pueblo y la comunidad forman un círculo alrededor de él y le cantan su canción.
El punto de vista de los Himba para la corrección del comportamiento antisocial, no es un castigo, sino, a través de la música, para recordarle su identidad. Cuando el niño es capaz de cantar su propia melodía, no tiene ningún deseo ni necesidad de hacer nada que pueda herir a otra persona. A medida que el niño crece, su canto es la parte principal de su vida.
En el matrimonio, las canciones se cantan juntos. Y, finalmente, cuando el niño, que ya es anciano, está acostado en su cama, a punto de morir, todos los habitantes del pueblo que conocen su canción vienen y cantan por última vez la melodía de esta persona.
Bibliografía web:
- Alicia Ortego (Novembre 2013). Los viajes de Ali. https://losviajesdeali.com/himba/
- Ruta Sie7e. http://www.rutasiete.ulpgc.es/tu-cancion-costumbre-de-los-himba
- Francisco Giner Abati . La Religión de los Himba. Kaokoland (Namibia) https://revistas.ucm.es/index.php/RASO/article/viewFile/RASO9292110151A/10673
- Wikipedia. https://ca.wikipedia.org/wiki/Himba
- France Leclerc (Juny 2014) Himbas dancing with the stars. http://franceleclerc.com/tag/opuwo/page/2/